Cuando pensamos en nuestros bebés al hacer las programaciones de aula, en las actividades, al crear propuestas de aprendizaje, al diseñar los espacios dentro del aula para que todo se conjugue de tal forma que los niños se desarrollen plenamente y todo ello se tiene que dar en un ambiente especial, casi mágico en el que haya una mezcla de sentimientos, cariño, apego, creatividad, motivación, estimulación... Debemos poner el foco en la base para poder hacer posible todo lo anterior.
Hoy nos centramos en las manos de nuestros más pequeños, ya que cuando están en la postura de boca arriba, éstas serán su principal objetivo de exploración, y a través del cual irán conociéndose a sí mismos. Se interesan por sus manos, sus movimientos comienzan a ser controlados a partir del primer trimestre, las chupan, y no es que tengan hambre, no necesitan chupete ni otros estímulos...Realizar esta acción es parte de su desarrollo y debemos darle la oportunidad de que se lleve a cabo.
Se llevan las manos, las dos a la vez al centro del cuerpo, después buscarán el contacto visual, las observarán con detenimiento, y poco a poco según la evolución y maduración de cada pequeño descubrirán y cogerán también las extremidades inferiores , llevándoselas a la boca también, de esta forma irán descubriendo su cuerpo antes de interesarse por los objetos del exterior.
Siempre estamos acompañando a nuestros pequeños transmitiéndole esa seguridad afectiva que necesitan, siendo pacientes y respetando sus turnos y ofreciéndoles el tiempo que cada uno necesite.
A partir del año son capaces de explorar y manipular objetos y poco a poco van teniendo más destrezas y habilidades de las que se sienten inmensamente felices al poder seguir descubriendo con sus manos su pequeño mundo.