¿Y si todos lo adultos pudiéramos disfrutar de la vida como nuestros niños?... Es para pensarlo y reflexionar. Ellos tienen esa alegría innata, hacen de las cosas sencillas algo grande. En el ambiente y entorno en el que nos encontramos, estando al lado de ellos nos contagiamos al verles jugar en el patio, al verles esas caritas de sorpresa, alegría, curiosidad, cuando cantamos una canción, o cuando les damos un beso... Son tantos y preciados momentos...
Esta semana la terminamos con globos de colores y muchas sonrisas, porque para algunos el venir al cole, siendo la primera vez que se separan de los papás, no ha sido algo muy agradable, pero todos lo han superado como unos CAMPEONES, por ello lo hemos celebrado.
