Normalmente, acostumbramos a dejar a los bebés en cunas, hamacas, parques, taca tacas... olvidando sus verdaderas necesidades.
Durante los dos primeros años, el niño se encuentra en la etapa sensoriomotora según Piaget. El bebé construye su inteligencia a partir de dos cosas principalmente; el movimiento y sus sentidos. Por ello, hay que ofrecer oportunidades de movimiento a los niños, y resultaría contradictorio colocarles en determinados aparatos que les obligan a estar en una postura determinada o que se encuentran atados para no moverse.
Hay que entender el desarrollo del niño como una escalera, en la que para construir el siguiente escalón, primero tendremos que haber construido el anterior, ya que cada cosa nueva que aprende el niño, se apoya en lo ya adquirido.
Tener un buen desarrollo motor, le va a facilitar mucho la adquisición de capacidades posteriores como es el desarrollo del lenguaje, la lectura, la escritura... ya que estas capacidades tienen un componente motor.
¿Entonces, qué podemos hacer?
Hay que ofrecerle oportunidades para moverse, prepararle un espacio adecuado, estar junto a él...
Como unos aprendizajes se apoyan en otros, no tiene ningún sentido pretender saltarlos o forzarlos. El niño necesita su tiempo, probar, experimentar. No necesita "ayudas" innecesarias que le obligan a saltarse etapas y a no integrar bien aspectos que necesitará en el futuro, porque todo es un continuo y este tipo de "ayudas" convierten el desarrollo en una carrera o competición, y no le aportan ningún beneficio al niño.
No podemos crecer por ellos, pero si facilitarles el camino, respetar su tiempo y sus necesidades