¡¡¡Adiós Septiembre!!!!

Terminado este mes en el que nos hemos conocido y han pasado todos nuestros miedos, los niños se llevan un regalo a casa. 

Si vosotros también queréis regalarle algo...REGÁLALE CALMA...

- ¿Cómo calma?

- Como suena, así tal cual, calma: cuando tu fijo esté triste regálale calma, cuando se altere regálale calma, cuando se estrese, regálale calma, cuando haya una situación difícil, regálale calma...

-Pero ¿cómo le ofrezco calma cuando yo estoy nervioso, inseguro, alterado...?

Por eso... es un regalo, es algo que tú te ESFUERZAS en obtener y no siempre tienes, no es algo que te sobra, cuando quieres a alguien no le regalas lo que te sobra...

Uno a quien ama le regala lo más preciado, le regalamos AMOR, TIEMPO...CALMA... para poder estar en condiciones de afrontar situaciones nuevas...

Durante este mes a nuestros pequeños le hemos intentado transmitir esa calma de la que hablamos, y poco a poco ellos van sintiéndose queridos, más confiados y seguros dentro de su nuevo entorno.

Os invitamos a que leáis este cuento que está dedicado a las familias en el inicio del cole, y que reflexionéis sobre el sentimiento de nuestros pequeños.

¡CAMBIA!

Abriendo una puerta a nuestro centro, donde todos se atreven a mirar ya que lo que hacemos es sembrar esperanza.
Juntos construimos, contigo construimos algo nuevo, porque vivimos un sueño común, algo que se lleva haciendo desde hace más de 200 años y que seguimos moviéndonos, atreviendo a cambiar.
Y este es nuestro lema de este nuevo curso, CAMBIA.

Nuestros niños no sólo cambian físicamente porque crecen, sino que cambia su manera de ver las cosas porque nosotros hemos cambiado y siempre para darles lo mejor.
Crecen en valores, aprendiendo a ser personitas para alcanzar todo lo que se propongan.
Un gran cambio en su forma de aprender porque hemos dado un gran cambio en nuestra forma de enseñar.

 

 

"NADA CAMBIA SI NO CAMBIAS NADA"

Estamos inmersos en el "Periodo de Adaptación"

Estas primeras semanas son un proceso de familiarización de nuevos espacios, nuevos compañeros pero en este proceso no sólo está implicada la infancia, si  no también el profesorado, la familia y el entorno y los nuevos ritmos y tiempos, por ello  todos tenemos que entender que es un proceso flexible y que cada niño tiene su ritmo.

Todavía observamos que les cuesta separarse de la figura de apego y de algún juguete.De los primeros días, al día de hoy, notamos como los niños están más tranquilos al saber lo que vamos a hacer en cada momento, gracias a las rutinas sintiéndose seguros y también de conocernos y saber que estamos a su lado para cuidarles y quererles.

Nosotras ayudamos en este proceso, 

observando desde lo profundo,

 teniendo una escucha activa de lo que acontece.

De vuelta al cole

Un nuevo comienzo y una nueva ilusión

El día 31 tuvimos la reunión de comienzo de curso, en ella leímos un artículo para explicar la adaptación de sus hijos y que no fuese sólo un enumerar conductas que pueden pasar en este tiempo, el artículo era "La metáfora de la bicicleta y las rueditas", destacando la parte emocional.

"Enseñarle a un niñ@ a andar en bicicleta suele ser un momento muy interesante y permite una reflexión más amplia.

El problema reside en el momento justo de quitarle las rueditas de la bicicleta ¿Cuándo puede valerse por sí mismo y no necesita de ese sostén, incluso, de nosotros caminando a su lado? ¿Y si se cae o golpea? ¿Está en condiciones de andar solo? ¿Y si siente que lo estamos abandonando? Éstas suelen ser las dudas de los adultos.

La metáfora de la bicicleta y las rueditas viene a la mente cada vez que se llega al Centro Infantil en tiempos de adaptación. En muchos casos se observa que la situación de “despegue” parece eterna; mamás y papás que no logran tomar la decisión de “quitarle  las rueditas”…

Es muy difícil administrar la gradualidad del despegue, tener la madurez y seguridad de tomar distancia para dejarlos crecer, cuando lo único que queremos en la vida “es tenerlo a nuestro lado”.

Crecer, aprender, madurar, es asumir el desafío de “saltar a lo desconocido”, “despegarnos de lo conocido” perdiendo la calidez y seguridad de lo familiar.

Aprendemos porque arriesgamos, porque asumimos los costos de lo nuevo y porque existen unos adultos que nos dan la garantía de que nos ayudarán si hay dificultades.

Es la gran paradoja… porque los amamos queremos que estén toda la vida con nosotros, pero también porque los amamos queremos que crezcan. La madurez es entender que crecer es lo mejor para ellos… más allá de nosotros".

También explicamos las normas del centro, aquí os dejamos un resumen.